¿ALGUNA VEZ HAS SENTIDO HAMBRE DE CARIÑO?
- Deseos de aprobación social, esto a veces te convierte en una persona adicta a ayudar a los demás, dejando al final tus necesidades para cubrir las de otros.
- Perfeccionismo llevado al extremo en el ámbito profesional, creando alta competitividad con los compañeros de trabajo.
- Autoexigencia en la vida afectiva, estableciendo expectativas muy altas en una pareja, pretendiendo que ésta sea la única responsable de tú felicidad.
- Algunas de las emociones que se generan son: frustración, miedo, ansiedad cuando no se recibe la dosis diaria y necesaria de cariño o aprobación hasta llegar a un estado parecido al del síndrome de abstinencia, profunda soledad, sentimiento de abandono y rechazo de otros hacia la persona que lo padece.
- Obsesión por el bienestar, buscando múltiples herramientas de sanación.
- Rigidez en sus interacciones con los demás, pretendiendo que sean perfectos. Desaprobación y rechazo hacia otros por no ser como se desea, esto a veces puede desencadenar en episodios de violencia hacia sí mismo y hacia los demás.
- Deseos de controlar a otros y lo que sucede en la vida personal.
- Codependencia
- Intentos fallidos de llenar esa necesidad afectiva a través de la comida, el sexo, las drogas, el trabajo, entre otros.
- Intensos deseos de sobresalir, de ser visto en la sociedad, de ser valorado, admirado, necesitado, aprobado, aceptado y amado.
- Búsqueda de la felicidad en relaciones pasajeras para evadir la soledad.
- Pánico al abandono, inseguridad, desconfianza, celos, amargura, resentimiento, desesperanza, depresión, rabia, deseos de venganza cuando no se obtiene el cariño o aprobación de otros.
- Buscar en parejas ese amor, cuidado y protección que no tuvieron en la infancia.
- Desarrollando alguna enfermedad como cáncer o diabetes, entre otras, por el intenso deseo de sentirse cuidado, amado y protegido.
- Conductas autodestructivas como: cutting, ideación suicida y/o intentos fallidos, trastornos alimenticios, entre otros.
¿Cómo se sana?, ¿cómo se llena ese vacío?, ¿cómo se restaura esa herida en el alma?
- Primero haciendo una revisión o repaso de las vivencias que tuviste en la infancia que te llevaron a sentir que no eras digna (o) de ser amada (o), eventos en los que sentiste que no eras bienvenida (o) en este mundo, en los que sentiste el profundo rechazo y abandono de tus padres o cuidadores.
- Una vez que te has dado cuenta de que conservas en la vida adulta esa profunda necesidad de amor y aprobación, ahora si viene la curación. Viene una etapa en la cual empezarás a observar todas aquellas situaciones en las que has juzgado a otros por no darte la atención, el cariño o la aprobación en el momento en que tú lo querías y es que tu niña (o) interior lleva tanto tiempo desolada (o) y sin amor, que esa deuda se la cobras a cualquier persona con la que te encariñas. Empezarás a observar también con lupa, todas aquellas situaciones en las que eres altamente competitiva (o) en los diferentes ámbitos en los que te desenvuelves, tomarás consciencia de todas las personas de las que te has alejado porque no supieron darte la atención y cuidados que tú necesitabas, comenzarás a darte cuenta de tu propia rigidez de pensamiento, de tu nivel de autoexigencia en el trabajo, en la necesidad de sanar y en tus interacciones con los demás, mientras más observes y te des cuenta, de lo injusta (o) que has sido con los demás, más pronto vendrá hacia ti la curación, pues habrás encontrado el sentido a tantos conflictos del pasado, a tantas historias no resueltas con parejas anteriores, a tantos malos entendidos con las personas, empezarás a crear orden y paz en tu mente, entendiendo el trasfondo de cada situación y agradeciendo a la persona o circunstancia de vida que fue la gota que derramó el vaso y que te hizo mirar en tu interior.
- El tercer paso muy importante también es: compartir con otros estos descubrimientos, estas vivencias, estas historias, esto te llevará a la paz en tu corazón, al entendimiento de todas tus partes rotas, a la sanación de tu alma, al saber que no eres la única persona que viene arrastrando esas profundas heridas. Al darte cuenta de todas las veces que te descuidaste a ti, con distractores como las adicciones, por ejemplo, empezarás a verte de otro modo, con compasión, con respeto con amor.
Ahora bien, ¿cómo se llena esta necesidad de amor?, ¿cómo me puedo dar amor para dejar de esperar que alguien más me lo de?, ¿de dónde obtengo todo ese amor, sino tengo un modelo saludable a seguir?, ¿dónde lo aprendo?, ¿cómo le hago?, el amor inicia con el respeto, así que empieza por respetarte a ti, evita juzgarte, escúchate y observa cuáles son esas necesidades profundas que hay en tu alma, sigue tu intuición, tu sabiduría interna, hazte caso cuando es un SI y cuando es NO. Toma un tiempo para ti, esto lleva todo un proceso, no es de la noche a la mañana, así que se paciente contigo, dales la bienvenida a todos los cambios celebra tus logros, el darse cuenta es uno de ellos, es el inicio de tu autocuración, la observación es una gran herramienta de cambio, observar lo que hay, lo que está sucediendo y como te vas sintiendo, eso te ayudará muchísimo. Y cuando llegue la rigidez a tu mente, la rigidez de pensamiento y el deseo de controlar lo que pasa en tu vida y en la de los demás, vuelve a sentir, vuelve a tu centro y vuelve al amor. Siguiendo estas prácticas diarias tu solita (o) te irás fortaleciendo, puedes crear a tu alrededor una comunidad de aprendizaje en la que compartan experiencias y se impulsen a crecer para estar bien, en la que puedan exponer sus avances y sus “tropiezos”, lo que a otros les ha funcionado, puede que a ti también.
El amor hacia ti es algo que irás descubriendo poco a poco, despacio, como las capas de una cebolla, es algo que se va construyendo solo, pero lleva tiempo y mucha dedicación y compromiso contigo, tu misma (o) pregúntate frente al espejo mirándote a los ojos: ¿cómo te puedo dar más amor en este momento? y escúchate, practica todos los días de tu vida, no desistas, prueba con cosas distintas, sigue con tu cometido, cumple contigo: ¡hazte feliz!
Y cuando sientas que ya has llenado ese vacío, cuando te sientas llena de ese amor sano y nutritivo hacia ti, cuando sientas que has recuperado todo tu poder y que has dejado de pasarle la factura a los demás, ve hacia tu presente y permanece ahí el tiempo que sea necesario, llenándote de amor del bueno que proviene solamente de ti y, cuando estés lista (o), comparte ese amor a todo lo que está a tu alrededor, abre las puertas de tu corazón y sal a la vida a ser feliz. Ámate a todas horas, en los momentos tristes y felices, celebra tus aciertos, ama tus heridas y “tropiezos”, ámate en todas las etapas de tu vida, en las que crees que lo hiciste bien, pero sobre todo en aquellas circunstancias de vida que fueron muy difíciles para ti, ámate tanto que no quepa la menor duda de que te tienes sólo a ti, que contigo basta y es suficiente para recorrer la vida entera. Ámate a ti primero y todo lo demás se irá resolviendo en tu vida.
¿Cómo saber si realmente es amor del bueno el que me tengo a mi?, cuando estás libre de juicio y de culpa, cuando te aceptas de manera incondicional, cuando puedes mirar el pasado libre de temor, cuando dejas de sentir desconfianza, rechazo e inseguridad, cuando lo abrazas todo, cuando entiendes que cada experiencia de vida es sagrada y que te conduce a un propósito mayor, cuando encuentras el regalo y el propósito a todo lo que te sucede. Así que vive amándote a ti, tanto que cuando llegue tu momento de partir, sepas que todo fue necesario para aprender, que viviste tan intensamente que no te faltó nada por aprender. El día en que puedas abrazar todo y a todos, el día en que dejen de afectarte las conductas y actitudes de otros, el día en el que dejes de competir y ver separación en todo, el día en el que puedas permanecer neutral ante los cambios y vicisitudes de la vida, el día en el que percibas que también el miedo es un motor que te lleva al amor, ese día aceptarás que lo que te trajo hasta aquí es el amor, que todo lo que existe es el amor y que todo lo demás es un error de percepción y que lo único que necesitas es empezar a verte y a observarte solamente a ti, sin juicio, sin mente, con aprobación, con compasión y con respeto. Dedícate tiempo todos los días, practica diariamente dándote amor sano hacia ti, el amor se representa de muchas formas en tu vida a través de escucharte, valorarte, agradecerte, aceptarte, perdonarte y tener el valor para transformarte.
Ahora te preguntarás: ¿cómo se siente un amor sano hacia ti?, paz mental que se contagiará en el ambiente, tolerancia y respeto hacia ti y hacia los demás, aceptación de las cosas y personas tal y como son, master en practicar la neutralidad, evitando que otros eventos o personas puedan lastimarte, momentos de creatividad e inspiración, certeza y confianza en que vas avanzando en la dirección correcta.
Con Amor,
Chantal Camacho Chávez



Comentarios
Publicar un comentario